"El Dragón y la Doncella.
(...) He aquí un pequeño chiste que encontré ilustrado gráficamente en un "libro de estación de ferrocarril":
Desde lo alto de un castillo, un rey ve llegar a un caballero. Éste monta a caballo y, muy contento, lleva un dragón en los brazos. El rey le grita: ¿Estúpido, tu misión era matar al dragón y traer a la doncella!
En el Tarot de Marsella, la Fuerza es la carta número once. El animal contra cual lucha el personaje podría ser un perro o un león, pero también un dragón. El personaje, ¿lucha o baila? ¿Acaso colabora con la bestia? ¿Puede ser que se comprendan mutuamente?
¿Qué representa el dragón y la doncella? Una doncella es una virgen. Para Jung se trataría del ánima, la parte sagrada que llevamos en nosotros, nuestra alma. El lugar más vírgen, lo más puro de nosotros mismos. Nuestro centro esiritual.
El dragón es nuestra parte oscura, nuestra porción de fuego, nuestro inconsciente misterioso que nos causa miedo. San Jorge hunde su lanza en el animal, de la misma manera en que el espíritu, para realizarse, debe penetrar profundamente en su misterio. Entra en su inconsiente para liberar a la doncella. Es decir, debe entrar profundamente en el carbón para tomar el diamante que está en su centro.
Nosotros somos a la vez el caballero, el rey, la doncella y el dragón. Independientemente de la parte que se trate, nuestra voluntad nos dice: "¡Es preciso trabajar en nosotros mismos!"
Si tu padre está destruyendo tu vida con su campo de concentración, ¡a tí te corresponde salir del campo de concentración! ¿Cuánto tiempo más vas a seguir atado a este Edipo, a esta pareja incestuosa en la cual tú eres la víctima y Hitler fue el verdugo?
El rey te dice: "¡Basta! ¡Matemos al dragón!" Entonces tu espíritu se pone en marcha: tu inteligencia, tu ser, avanza con su caballo, con su fuerza, con su poder y enfrenta al dragón.
¿Pero qué significa matar al dragón? Significa penetrarlo profundamente con la lanza. Entrar profundamente en el misterio de tu inconsciente y preguntarle: ¿Qué quieres?
-Temo ser homosexual, ¿Qué puedo hacer?- me preguntó alguien.
-¡Vive una experiencia homosexual!-le respondí-. Es lo más lógico: si no eres homosexual, lo sabrás; si lo eres, la experiencia te gustará. Siempre causa felicidad ser lo que somos. Así pues, ¡enfréntate! Pero no escojas como sujeto de la experiencia a un hombre feo que no te guste, porque en tal caso tú mismo te haría trampa. ¡Escoge a alguien que en verdad te guste!. ¡Y cuidado con el sida! ¡Toma tus precauciones!.
Entramos profundamente en el dragón y nos decimos: ¿Quiénes somos? ¿Cuáles son nuestras pulsiones criminales, coprófagas, caníbales, homosexuales e incestuosas? ¿Cuáles son?
En cuanto vemos al dragón, lo encauzamos hacia la luz, hacia la virginidad, hacie el diamante, hacia la fe, hacia todo. Yo canalizo a mi alma hacia mi realización espiritual esencial.
Pero ¿qué hacen generalmente las personas? Quieren matar a su ánima y despertar al dragón. Quieren arrellanarse en el dragón. Resultado: regresan con el monstruo que va a destruir el castillo.
Hay individuos que han matado a la doncella y que llenos de orgullo llevan a la bestia en brazos. Se les ve en el supermercado paséandose con su dragón y alimentándolo con carne falsa, con caviar falso..."
Pues ahí está, ¿qué les pareció? a mí sinceramente se me hizo muy interesante, y es que es verdad cuántas veces no andamos con nuestro dragón como mascota y lo seguimos cuidando y creyendo que no es parte de nosotros, en lugar de hacer que ese dragón se convierta en una bella doncella.
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